
Recorrer Taiwán a pie fue una de las experiencias más desafiantes y enriquecedoras de mi vida. Durante varios días, atravesamos carreteras, montañas y pueblos remotos, viviendo en primera persona la belleza natural y cultural de la isla. En este relato, encontrarás el día a día de nuestra travesía: desde los impresionantes paisajes de la costa este hasta los encuentros inesperados con locales que nos abrieron las puertas de sus hogares y escuelas.
Comenzamos nuestra aventura en Dulan, un pequeño pueblo costero en el condado de Taitung, y tras 8 días de caminata, llegamos a nuestro destino final en Hualien Station, recorriendo un total de 200,4 km. En cada jornada hubo retos: el calor del camino, largas caminatas sin sombra, y la incertidumbre de no saber dónde dormir cada noche. Pero también hubo momentos mágicos: desayunar con niños en una escuela, tocar música con ellos, aprender sobre las tradiciones aborígenes, disfrutar de los sabores locales y contemplar algunos de los amaneceres más hermosos que he visto.

Si te interesa descubrir Taiwán desde otra perspectiva, con detalles sobre el recorrido, las anécdotas más memorables y consejos para quienes quieran aventurarse en una travesía similar, este post es para vos. ¡Bienvenido a la aventura de cruzar Taiwán a pie! 🚶♂️🇹🇼
Indice
- 0.1 Día 0: El comienzo en Dulan
- 0.2 Día 1: De Dulan a la casa abandonada
- 0.3 Día 2: De la casa abandonada a Meishan
- 0.4 Día 3: De Meishan a una casa inesperada
- 0.5 Día 4: Encuentros Aborígenes y la Travesía por el Trópico de Cáncer
- 0.6 Día 5: Aventura en Carretera y Acampando en una Escuela
- 0.7 Dia 6: Encuentro Inolvidable en la Escuela y Caminata Entre Montañas y Túneles
- 0.8 Día 7: Caminando por la Costa Este, entre Túneles y Templos
- 0.9 Día 8: El Último Empujón hasta la Estación de Hualien
- 0.10 Resumen del camino:
- 1 ¡No te pierdas estos consejos!
Día 0: El comienzo en Dulan
El viaje comenzó oficialmente a las 15:00, cuando salimos desde Tainan hacia nuestra primera parada en Taitung. El trayecto en tren fue un poco largo, pero bastante cómodo. Tomamos dos trenes que nos costó 450 dólares taiwaneses por persona (€13): el primero, nos llevó desde donde vivimos, Tainan, hasta Kaohsiung en solo 30 minutos. Luego, abordamos el segundo tren, que nos llevó desde Kaohsiung hasta Taitung, un viaje de unas 2.5 a 3 horas.

Al llegar a Taitung, tomamos un bus que nos llevó por 50 dólares taiwaneses por persona (€1.50) hasta la ciudad de Dulan, nuestro destino final del día. Este trayecto duró unos 30 minutos y nos dejó en la ciudad a las 19:30.

Cuando planificamos sabiamos que llegariamos tarde a esa hora y teniamos 2 opciones: Reservar un hospedaje o un camping con instalaciones de pago y no nos preocupabamos, o ibamos a la aventura de noche a buscar un lugar donde acampar libre. Terminamos decidiendo por la 2° opción e ir a la aventura.
Ya en Dulan, comenzamos a buscar un lugar para acampar. Por alguno de esos motivos de la vida nos bajamos 2 paradas antes de las que teniamos pensado, y terminó siendo una gran decisión. Caminamos un poco y, por suerte, encontramos una pizzería «POOZ» con un pequeño parque abierto en el exterior. Decidimos preguntar si podíamos montar nuestra tienda allí, y el dueño, muy amable, nos dio su permiso sin ningún problema. Así que, con la tienda montada, ya nos sentimos más tranquilos.
Como estabamos acampando frente a la pizzeria, decidimos quedarnos ahi para cenar. Disfrutamos de una pizza deliciosa y, mientras charlábamos con el dueño, nos pregunto si teniamos hambre luego de terminar la pizza y nos sorprendió con una pizza extra como «postre«, que llevaba manzana, naranja, queso y frutos secos. ¡Qué detalle tan generoso!

La noche siguió siendo increíblemente relajada, ya que el dueño nos dijo que dejaría las puertas del restaurante abiertas. Podíamos usar el lugar para cocinar, cargar los teléfonos y, si teníamos sed, tomar agua sin problemas. Como si fuera poco, nos regaló un coco, que cortó y nos dio para disfrutarlo como una bebida fresca después de todo el día de viaje. Todo esto fue una pequeña muestra de la amabilidad que nos encontramos en Dulan y de lo que nos esperariamos en todo el viaje.
Este primer día, aunque sin caminar mucho, fue perfecto para comenzar nuestra aventura. Nos sentimos bien recibidos, descansados y listos para el camino que se venía. La bienvenida a Dulan fue cálida y nos dejó con una sonrisa.
Resumen del día:
- Inicio: Tainan
- Fin: Dulan
- Km caminados: 0
- Total Km caminados: 0
- Gastos (por persona):
- Transporte público: 500 Dolares taiwaneses (€14.50)
- Comida: 255 Dolares Taiwaneses (€8.00)
Reflexión del Día:
Aunque fue solo el primer día de nuestro viaje, la hospitalidad del dueño de la pizzería hizo que nos sintiéramos como en casa. Taiwán no solo es hermoso, sino también un lugar lleno de personas amables dispuestas a compartir un poco de su vida y cultura.
Día 1: De Dulan a la casa abandonada
La mañana comenzó a las 6:00 H, aunque la noche anterior no fue la más tranquila. Un perro estuvo ladrando toda la noche y, como estábamos acampando cerca de la carretera, el ruido de los coches tampoco ayudó. A pesar de la falta de descanso, nos levantamos temprano, desarmamos la tienda y fuimos a buscar desayuno. Encontramos una tienda local donde compramos dos cafés y dos tostadas, y nos sentamos a disfrutar del desayuno con calma. Tambien aprovechamos que el dueño de la pizzeria nos dejo el local abierto para cargar los telefonos.

A las 8:00 H comenzamos nuestra caminata del día, sabíamos que teníamos varios kilómetros por delante. A lo largo del camino, cruzamos por varios pueblos, pero lo que más nos sorprendió fue conocer a un estadounidense que se acercó a nosotros después de unos 6 o 7 km en un taller mecanico. Resulta que llevaba varios años viviendo en Taiwán y nos contó que esta mañana tenia pensado surfear. Charlamos un rato sobre la vida en Europa y su experiencia en Taiwán, y continuamos caminando.

Al poco tiempo, después de unos 7 o 8 km más, ¡nos encontramos de nuevo con el estadounidense! Esta vez estaba en la puerta de su casa, y fue pura casualidad, porque no habíamos intercambiado números. Nos invitó a pasar, y aceptamos encantados. Estaba con su esposa taiwanesa y su hijo. Nos ofreció café y unos frutos secos mientras nos contaba sobre su vida en Taiwán. Fue una pequeña pausa muy agradable en el camino.
Después de nuestra charla, retomamos el camino y decidimos parar a comer en un local de noodles, donde nos sirvieron un plato delicioso por solo 60 dólares taiwaneses (€2) cada uno. Repuestos y satisfechos, caminamos unas dos horas más. En el camino nos encontramos con arrozales, ahora no es la epoca de cosecha, pero se veian los espejos de agua. Seguimos caminando hasta finalmente llegar a Douli Beach, donde esperábamos acampar. Sin embargo, la marea baja nos jugó una mala pasada: por la noche, la marea sube hasta cubrir toda la playa, por lo que no había lugar para acampar.

Seguimos caminando por la carretera principal, buscando un lugar donde montar la tienda. Primero, preguntamos en una casa privada, pero nos dijeron que no podíamos quedarnos allí. Luego, intentamos en una residencia de estudiantes, pero tampoco nos dejaron, ya que era un lugar donde solo aceptaban si pagabas. A pesar de las dificultades, seguimos buscando hasta que encontramos un sitio alejado de la carretera, al lado de una casa aparentemente abandonada. No estabamos seguros si podiamos acampar ahi, intentamos preguntar a distintas personas, pero no terminaban de decirnos si era posible.

A las 17:00 H, decidimos que ya era tarde y no queríamos seguir buscando. Así que montamos la tienda al lado de la casa abandonada, con la esperanza de que no pasara nada raro. Estábamos un poco intranquilos, pero confiábamos en que todo estaría bien. Lamentablemente estaba un poco lejos, unos 10 minutos a pie, de un 7-eleven para nuestra cena y cargar los telefonos. Nos sentimos satisfechos con lo que hemos logrado hasta aquí. Mañana veremos cómo nos va.
Resumen del día:
- Inicio: Dulan
- Fin: Douli
- Km caminados: 29.3 KM
- Total Km caminados: 29.3 KM
- Gastos (por persona):
- Comida: 210 Dolares Taiwaneses (€6.50)
Reflexión del Día:
Aunque las cosas no salieron como las planeamos con el camping, la experiencia de conocer al estadounidense y la amabilidad de la gente de Taiwán hicieron que el día fuera especial. Cada paso nos va acercando más a nuestro objetivo, y aunque hay imprevistos, eso es lo que hace que el viaje sea memorable.
Día 2: De la casa abandonada a Meishan
El día comenzó a las 6:00 H, como siempre, con el sol temprano despertándonos. Después de levantar el campamento, comenzamos a caminar a las 7:00. A solo 1 kilómetro de haber iniciado, encontramos un desvío que nos llevó a una bicisenda. Decidimos parar allí para desayunar, aprovechando un pequeño parque con vistas al mar. Un lugar tranquilo y perfecto para un descanso.


Continuamos por la bicisenda, que aunque seguía siendo una carretera, tenía la ventaja de estar alejada de los coches, permitiéndonos disfrutar de las vistas del océano sin el bullicio del tráfico. Al final de la bicisenda, llegamos a un templo con un Buda gigantesco, cuya mirada parecía perderse en el horizonte del mar. En la playa, junto a la carretera, se encontraban los tetrápodos, esas estructuras de concreto que ayudan a mitigar el impacto del oleaje y proteger la carretera de la erosión.



Tras pasar por ese pintoresco lugar, continuamos caminando hasta llegar a la ciudad de Chenggong, a las 10:15 H. Allí, decidimos disfrutar de un buffet vegetariano, que nos permitió reponer energías. Aprovechamos la pausa no solo para comer, sino también para cargar los teléfonos, que ya comenzaban a quedarse sin batería.

Con las energías renovadas, seguimos nuestro camino durante una hora más hasta llegar a la Isla Sanxiantai. Esta isla es famosa por su puente en forma de dragón, que sube y baja en un recorrido bastante peculiar, que conecta la isla de Taiwan con la isla pequeña de Sanxiantai. Aunque no cruzamos todo el puente debido a las olas y el viento fuerte, aprovechamos para sacar unas fotos y disfrutar del paisaje.




Ya eran las 14:30 cuando llegamos al pueblo de Meishan, donde teníamos en mente acampar. Nos acercamos a una escuela, pero no había nadie, así que decidimos preguntar en la estación de policía cercana si podíamos dormir allí. Tras algunas dudas y un par de idas y vueltas, nos dieron permiso para acampar en la escuela, pero con la condición de que debíamos irnos antes de las 7:00 de la mañana.


Montamos la tienda intentando hacerla lo más cómoda posible para evitar los ruidos y el viento. Después de un merecido descanso, fuimos a un Family Mart cercano para cargar los teléfonos y reponer algunas provisiones. La noche trajo consigo un viento fuerte que hizo que nuestra tienda se moviera bastante. Aunque la tienda estuvo en perfectas condiciones, el ruido del viento hacía difícil dormir, y nos despertamos varias veces durante la noche. Sin embargo, al final, conseguimos descansar lo suficiente para continuar al día siguiente.
Resumen del día:
- Inicio: Douli
- Fin: Meishan
- Km caminados: 24.5 KM
- Total Km caminados: 53.8 KM
- Gastos (por persona):
- Comida: 225 Dolares Taiwaneses (€6.50)
- Agua y cafe: 50 Dolares Taiwaneses (€1.50)
Reflexión del Día:
Aunque el viento nos dio un poco de trabajo por la noche, el día estuvo lleno de paisajes hermosos y momentos interesantes, como el puente en forma de dragón y la amabilidad de la policía. Cada día parece traer algo nuevo y emocionante en este viaje por Taiwán.
Día 3: De Meishan a una casa inesperada
El día comenzó a las 5:30 AM, ya que teníamos que desarmar rápidamente el campamento. Sabíamos que debíamos salir antes de las 7:00 AM porque los niños de la escuela llegarían para clases. La noche había sido difícil: el viento estaba tan fuerte que la tienda se movía constantemente, lo que nos mantuvo despiertos más de lo esperado. La tienda se sacudía con fuerza, y hubo momentos en los que pensamos que podría no resistir, pero aguantó. Sin embargo, a pesar de los ruidos, conseguimos dormir un poco.
Con el viento aún soplando fuerte, comenzamos a desmontar todo y a las 6:00 AM ya empezamos a caminar. Al poco tiempo, a unos 2-3 km, encontramos un mirador perfecto para desayunar tranquilos. Tomamos un café y un croissant mientras disfrutábamos de las vistas.



Continuamos caminando y a unos minutos llegamos a «Nanreshi» (男人石), una curiosa formación rocosa que, si la miras desde arriba, tiene forma de pene. A su alrededor, un sendero con estatuas de figuras de pene decoraba el paisaje. Después de sacar algunas fotos, seguimos nuestra marcha.


El día se fue complicando: Caminando principalmente en la carretera, con pocas paradas, el viento aumentaba y poco a poco, la lluvia comenzó a intensificarse, lo que hizo que la caminata fuera un poco más difícil. A pesar de ello, seguimos adelante hasta llegar a un templo en el costado de la carretera. Allí decidimos parar, encender incienso y hacer una pequeña oración, cada uno pidiendo deseos. Fue un momento de calma en medio de la caminata.

Mientras estábamos en el templo, un coche que venía en dirección contraria a la nuestra se detuvo y, de manera inesperada, nos regaló dos naranjas a cada uno. Un gesto de amabilidad que nos alegró el día y nos devolvió la energía para seguir.
Llegamos al mediodía, cerca de las 13:00 a la ciudad de «Changbin«, bastante cansados por el viento y la lluvia, así que paramos a comer en un restaurante local, donde nos sirvieron unos noodles con vegetales. Después de la comida, caminamos 2 km más, buscando un lugar donde acampar. Vimos un templo y una iglesia cerca de un Family Mart, pero no había césped disponible para poner la tienda en ningun lado.


Tras un poco más de exploración, encontramos una estación de servicio. Justo enfrente, había un terreno que parecía privado, así que preguntamos en la gasolinera de enfrente si podíamos acampar allí. El empleado nos dijo que iba a intentar contactar al dueño del terreno, pero no pudo. Sin embargo, nos ofreció una alternativa: él saldría de trabajar a las 21:00 y, si queríamos, nos llevaría a su casa para que pasáramos la noche allí. Después de charlarlo y preguntarle algunas cosas más al taiwanés, como si al día siguiente nos traía de nuevo a la mañana a la gasolinera, como nos llevaba hasta la casa y donde estaba su casa, aceptamos la oferta, y mientras tanto, fuimos al 7-Eleven a cargar los teléfonos y cenar algo.
A las 21:00, el empleado de la gasolinera llegó en su coche y nos llevó a su casa, a unos 10 minutos de distancia, que para nosotros habían sido 2 horas caminando mas temprano ese día. Allí, nos ofreció una habitación con cama, colcha, almohada, y nos dio la bienvenida con amabilidad. Le compramos un pack de cervezas como agradecimiento y para compartir, y pasamos un rato agradable conversando con él, mientras disfrutábamos de unas cervezas y picábamos algo.

Después de una hora o algo más de charla, nos fuimos a duchar (¡después de 3 días sin ducharnos!). Nos sentimos como nuevos. A eso de las 23:30, el hombre nos dijo que se iría con un amigo y nos dejó la casa para nosotros. Nos mostró cómo trabar la puerta de entrada y se fue. Nos quedamos solos en su casa, dos total extraños, pero el gesto de hospitalidad fue increíble. Nos contó que su hobby es pescar (Chaka, chaka según decia el) y que el día siguiente trabajaba por la mañana y a la tarde se iba a pescar con unos amigos.

Esa noche dormimos cómodamente en una cama, lo que fue un lujo después de tantas noches en la tienda de campaña.
Más que un techo seguro, encontramos humanidad. Fue otro recordatorio de cómo el camino, aunque duro y desafiante, siempre guarda sorpresas inesperadas.
Resumen del día:
- Inicio: Meishan
- Fin: Changbin
- Km caminados: 25.8 KM
- Total Km caminados: 79.6 KM
- Gastos (por persona):
- Comida: 215 Dolares Taiwaneses (€6.25)
- Birra y cafe: 160 Dolares Taiwaneses (€4.50)
Reflexión del Día:
Hoy fue un día lleno de sorpresas, con vientos, lluvias y momentos de desesperación, pero también con la calidez de una hospitalidad inesperada de parte de un total desconocido. Nos hizo sentir que, a pesar de las dificultades, siempre hay bondad en el camino.
Día 4: Encuentros Aborígenes y la Travesía por el Trópico de Cáncer
Nos despertamos a las 6:00 despertados por nuestro anfitrión taiwanés con un alegre «Good morning«. Habíamos dormido en su casa la noche anterior, y nos levantamos rápidamente para empezar el día. Después de recoger nuestras cosas, nos llevó en coche para desayunar en donde el día anterior nos había recogido. Fue un desayuno sencillo, pero con un toque especial: nos ofrecieron probar un licor típico taiwanés, fuerte y herbáceo, que según ellos, nos daría energía para el camino. Tras despedirnos de él, que se fue a trabajar, decidimos continuar nuestro camino.


El día fue bastante tranquilo en cuanto a caminata, pero en su mayoría, estuvimos caminando por carretera. A la hora y media, llegamos a «Baxiandong Archaeological Site« (八仙洞, una formación de cuevas formada por una erupción volcánica hace siglos. Allí, tuvimos un pequeño descanso explorando las cuevas y jugando con un perro local que apareció. Después de ese pequeño descanso, seguimos avanzando.


Al poco tiempo, llegamos al monumento que marca el fin del condado de Taitung y el inicio del condado de Hualien. Un monumento importante en nuestra caminata. Decidimos hacer una parada para descansar y reponer fuerzas.

Unos kilómetros mas adelante, llegamos al Trópico de Cáncer, donde había un monumento «Jing Pu«que marcaba este paralelo geográfico, uno de los pocos en el mundo. Intentamos encontrar un lugar para comer, pero no tuvimos suerte. El pueblo donde estábamos era pequeño y no había muchas opciones vegetarianas, así que continuamos caminando.




Tras cruzar un pequeño puente, caminamos unos 15 minutos más hasta llegar a una aldea aborigen en «Fengbin» llamada «Gankgou«. Allí, encontramos un local pequeño que nos vendió báo y un café caliente. Ya eran las 15:00 y no habíamos comido nada desde la mañana, así que nos sentamos a disfrutar de la comida. Los báo eran de diferentes tipos: dos de taro, uno de carne y dos de coliflor. Mientras esperábamos la comida, hablamos con la dueña del local que nos contó un poco sobre la historia de la región. Nos mencionó que esta parte de la isla está habitada por los aborígenes «Amis«, una de las tribus locales, que tiene entre alrededor de 2 millones de miembros. Curiosamente, nos explicó que la región este de la isla es mayormente católica debido a los misioneros, mientras que en el oeste hay más influencia budista. Fue una conversación breve pero rica, que nos recordó cuánto hay por aprender cuando uno camina por tierras ajenas.



Después de comer, ya eran las 16:00, por lo que decidimos seguir caminando hasta «Shitping» (石梯坪遊憩區), nuestro próximo destino, para ver dónde podríamos acampar. Yo me fui caminando primero para encontrar un lugar de acampar y mi novia se quedo en el restaurante para pedir otros bao para la cena.
Al llegar, encontramos un lugar bastante adecuado detrás de la casa de unas personas. Era un terreno con bastante vegetación, aunque algo rocoso. Nos acercamos y, con ayuda del traductor del teléfono, le preguntamos a los dueños si podíamos quedarnos allí esa noche. La pareja de señores mayores no entendía muy bien al principio, pero su hija nos ayudó a comunicarnos. Nos ofrecieron dormir en un garage techado, pero les dijimos que preferíamos acampar al aire libre. Finalmente, nos dieron el permiso sin problemas.


Con la tienda montada, salimos a dar un paseo por la costa, que estaba muy bonita. Regresamos a la tienda alrededor de las 18:30, organizamos todo y cenamos. Ya a las 20:00, nos metimos en la tienda y nos preparamos para dormir.
Resumen del día:
- Inicio: Changbin
- Fin: Shitping
- Km caminados: 25.3 KM
- Total Km caminados: 104.9 KM
- Gastos (por persona):
- Comida: 300 Dolares Taiwaneses (€8.50)
- Cafe: 40 Dolares Taiwaneses (€1.00)
Reflexión del Día:
Fue un día de caminos largos pero llenos de experiencias. Desde probar el licor típico hasta conocer a los aborígenes «Amis«, cada encuentro fue especial. A pesar de los obstáculos, cada paso nos acercó más a nuestro objetivo y nos permitió descubrir lo más auténtico de Taiwán.
Siempre tener un par de snacks en la mochilla, por si no se encuentran restaurantes por el camino.
Día 5: Aventura en Carretera y Acampando en una Escuela
El día comenzó temprano, a las 5:30 H, cuando el sonido de las olas y la luz suave del amanecer nos despertaron en Shitiping, nos despertamos para desarmar la tienda y disfrutar del amanecer. A pesar del cansancio acumulado, el paisaje nos regaló un momento de paz. Aprovechamos para sacar algunas fotos del paisaje, y a las 6:30 H comenzamos a caminar. La primera parada fue en un baño en Shitping, no solo por necesidad, sino también para lavarnos la cara y disfrutar de las vistas. Pasamos un buen rato allí antes de retomar el camino.


Continuamos caminando hasta llegar a un mirador a unos 2 km, donde tomamos un descanso y desayunamos. Tuvimos café de 7-Eleven y unos báo que nos habían sobrado de la noche anterior, de taro y patata dulce. Disfrutamos del desayuno tranquilamente sencillo, pero reconfortante, mientras contemplábamos el mar, y luego seguimos caminando.

El trayecto hoy fue un poco monótono, ya que era casi todo asfalto y carretera sin pueblos cercanos. Alrededor de los 6 km, llegamos a otro mirador donde paramos brevemente para tomar algunas fotos. Paramos unos minutos para hacer fotos, pero no nos detuvimos mucho: el día prometía ser largo. Un kilómetro después, nos encontramos con una cueva llamada «March» (花蓮石門海蝕洞), donde nos quedamos unos 30 minutos disfrutando del silencio antes de volver a la carretera.. Fue un buen descanso, y Ylenia (mi novia) aprovechó para leer un poco.


El siguiente destino era claro: el último 7-Eleven que encontraríamos hasta llegar a Hualien. La última parte del camino fue algo pesada debido a la monotonía de la carretera y el calor nos desgastaban, aunque no era una distancia larga. Llegamos al 7-Eleven a las 13:00, donde nos tomamos un descanso. Comimos, cargamos los teléfonos y la cámara, que ya estaban con poca batería, y decidir qué hacer a continuación.


Con las baterías llenas —las tecnológicas y las físicas—, nos planteamos los siguientes pasos. Tomamos la decisión de caminar 6 km más hasta un pequeño pueblito que tenía una escuela llamado «Xinshe«, con la idea de preguntar si podíamos acampar allí. A las 15:00, nos pusimos en marcha. No había mucho que ver durante este tramo; solo carretera y algunos templos pequeños al borde del camino.

Finalmente, llegamos al pueblo «Xinshe» alrededor de las 16:20 y entramos a la escuela para preguntar si podíamos quedarnos a acampar. Por suerte, uno de los profesores hablaba inglés, lo que facilitó mucho la comunicación. Le explicamos que solo necesitábamos quedarnos una noche y que nos íbamos a las 6:00 de la mañana. El director aprobó nuestra solicitud, y ahí fue donde acampamos esa noche, disfrutando de un lugar seguro y tranquilo para descansar. Aprovechamos para usar el trípode que teniamos en la mochila (que por cierto bastante pesado, unos 2 Kg) para intentar hacer fotos de las estrellas y jugar un poco.



Con alivio, montamos la tienda en el patio de la escuela. Fue un cierre sencillo para un día largo: aire fresco y la sensación de que, poco a poco, nos acercábamos a nuestro destino final.
Resumen del día:
- Inicio: Shitping
- Fin: Xinshe
- Km caminados: 24.8 KM
- Total Km caminados: 129.7 KM
- Gastos (por persona):
- Comida: 260 Dolares Taiwaneses (€7.50)
- Cafe: 40 Dolares Taiwaneses (€1.00)
Reflexión del Día:
Hoy fue un día de mucha carretera, pero también lleno de pequeños momentos que hicieron el viaje especial. Desde las vistas al amanecer hasta la sorpresa de encontrar un lugar para acampar en una escuela, cada paso fue una nueva experiencia.
Dia 6: Encuentro Inolvidable en la Escuela y Caminata Entre Montañas y Túneles
El día comenzó temprano, a las 5:30 de la mañana, cuando los niños ya estaban alistándose para la escuela a las 7:00. Decidimos aprovechar esa hora para prepararnos y asegurarnos de que todo estuviera en orden antes de que empezara el bullicio del día. Desarmamos rápidamente nuestra tienda para no causar problemas y, mientras los niños se alistaban, salimos en busca de algo para desayunar.

¡Y qué sorpresa nos llevamos! Justo frente a la escuela, había un pequeño local de desayunos donde nos encontramos con los niños, quienes se preparaban para empezar sus clases. Nos unimos a ellos, y en seguida comenzaron a preguntarnos sobre nuestro viaje. Entre risas y traductor, compartimos un rato agradable. Uno de los chicos, especialmente curioso, no paraba de hablar con nosotros y, antes de que todos se dirigieran a clases, nos invitó a seguirlos. Nos dijo que podíamos ver cómo eran las clases, y claro, ¡no íbamos a dejar pasar la oportunidad!

Cuando llegamos a la escuela, los niños estaban en pleno recreo. Entonces, el mismo chico que nos había invitado nos guió dentro para mostrar cómo cultivaban arroz. ¡Increíble! Ellos mismos plantaban los brotes en pequeñas macetas antes de trasladarlos al campo. Hablamos con la profesora, quien nos explicó el proceso con mucha pasión. Fue entonces cuando el niño nos sorprendió al decir que sabía tocar percusión. (Yo soy baterista, si bien no toco hace muchos años, la pasión sigue intacta.) ¡No lo dudamos! Sacamos unos bongós, y en cuestión de minutos, todo el grupo de niños se unió para tocar juntos. ¡Un verdadero momento de conexión!


Pero como todo en la vida tiene su límite, la profesora nos recordó que era hora de volver a clase y que los niños tenían que limpiar la escuela. Antes de irse, el mismo niño que nos había guiado nos dijo algo que se quedó en mi cabeza: “No se olviden de mí, yo no me olvidaré de ustedes”. Fue un encuentro breve, pero tan genuino que realmente nos marcó.
Con el corazón contento, decidimos continuar nuestra caminata, que ya había comenzado a las 8:00 de la mañana. A lo largo del camino, nos encontramos con varios retos: como la primera parada en un skywalk que estaba cerrado. ¡Un pequeño contratiempo! Así que tuvimos que cruzar un túnel de 500 metros, pero lo hicimos con calma, iluminados por nuestras luces frontales y traseras para que los coches nos vieran.


Después de unos 2 kilómetros más, llegó nuestra siguiente parada: un trekking corto llamado «Dashibishan» (大石鼻山步道|龜庵山步道) de 15 minutos hacia una montaña. Dejamos nuestras mochilas bajo la mirada vigilante de la nada (es decir, en la entrada del trekking en la calle sin ninguna supervision) y subimos la montaña, disfrutando de un merecido descanso en la cima. Tomamos fotos, grabamos videos, y disfrutamos del paisaje mientras el sol empezaba a calentar el día.


Ya era mediodía y teníamos hambre, así que decidimos parar en un restaurante a mitad de camino. Subimos una colina de 200 metros de altura, pero al llegar, ¡estaba cerrado! No nos dimos por vencidos y seguimos 500 metros más hasta un mirador llamado «Pachi rest area» con una pequeña tienda. Allí encontramos un arroz en bambú, un plato típico, y aunque no había muchas opciones vegetarianas, nos las arreglamos. El arroz pegajoso en bambú fue todo un acierto.



Después de reponer fuerzas, continuamos nuestra caminata, sabiendo que aún quedaba una hora de recorrido. Lo bueno era que habíamos bajado un poco de altura, y la pendiente ya no era tan empinada. Sin embargo, el cansancio comenzaba a hacerse notar, y la caminata se volvía más difícil con cada paso. La música se convirtió en nuestra compañera para distraernos mientras seguíamos avanzando, casi por inercia.
Finalmente, llegamos a un pequeño pueblo llamado «Shueilian«, y como ya nos había ido bien durmiendo en escuelas, nos dirigimos directamente allí. Preguntamos si podíamos quedarnos y, para nuestra sorpresa, el director nos dió el visto bueno. Nos dijeron que incluso el día siguiente era festivo nacional, por lo que los niños no tendrían clases. ¡Perfecto para descansar!


Montamos nuestra tienda en el patio de la escuela y, aunque el pueblo parecía algo desierto, encontramos un pequeño supermercado donde compramos algo para la cena: noodles instantáneos y algunos snacks. A esa altura del día, estábamos agotados, pero contentos por lo vivido. Cenamos bajo las estrellas y nos preparamos para un merecido descanso, sabiendo que al día siguiente nos esperaba otro día de aventura.

Resumen del día:
- Inicio: Xinshe
- Fin: Shueilian
- Km caminados: 27.0 KM
- Total Km caminados: 156.7 KM
- Gastos (por persona):
- Comida: 335 Dolares Taiwaneses (€9.50)
- Snacks: 50 Dolares Taiwaneses (€1.50)
Reflexiones del Día:
Nunca subestimes el poder de un desayuno compartido para conectar con los locales.
A veces, los imprevistos, como un túnel cerrado o un restaurante cerrado, solo nos dan nuevas oportunidades de descubrir lugares inesperados.
Los niños pueden enseñarnos más sobre la vida de lo que imaginamos: su curiosidad y generosidad realmente nos tocaron el corazón.
Día 7: Caminando por la Costa Este, entre Túneles y Templos
Nos despertamos temprano, a las 6:30 de la mañana, pero con una sensación de calma. El día de hoy era especial: no había clases para los niños, ya que era festivo nacional en Taiwán. Aprovechamos el hecho de que no teníamos prisa, ya que nuestra caminata sería más ligera, solo unos 15 km por la costa (o eso creiamos), y hoy sería la última parada antes de llegar a la estación de Hualien.

Desarmamos nuestra tienda con tranquilidad y nos dirigimos a un pequeño local de desayuno en el pueblo. El menú no era diferente al de ayer, pero eso no nos importaba. Nos sentamos a disfrutar de unos omelettes, sándwiches de chocolate y otro de mantequilla de mani, acompañados de un café frío que compramos en la tienda de al lado. El ambiente tranquilo del pueblo nos hizo disfrutar aún más de esos primeros momentos del día.

Una vez listos, decidimos cambiar un poco la ruta original y optar por la costa este, en lugar de cruzar la montaña. Aunque en teoría iba a ser menos exigente, no sabíamos lo que nos esperaba. Los túneles, con sus 500 metros de longitud, fueron nuestra primera prueba del día. Con unas luces encendidas en las mochilas, caminamos con cautela, y aunque algunos coches pasaban a gran velocidad, nos sentimos relativamente seguros.

Cuando salimos de los túneles, la vista del océano nos acompañó durante buena parte del trayecto. La caminata por la costa fue impresionante, pero el sol, con su calor sofocante de unos 25º, hizo que fuera un reto mantener el ritmo. Cada paso con la mochila a cuestas se sentía más pesado, y el calor se volvió abrumador. Tuvimos que caminar por una hora más antes de encontrar un lugar con sombra donde finalmente descansamos y tomamos agua. Nos detuvimos allí por media hora, recuperando energías antes de seguir.
Unos kilómetros más tarde, encontramos un 7-Eleven. ¿Quién puede resistirse a un zumo refrescante en medio del calor? Lo tomamos como si fuera agua, ¡nos dio un respiro! Continuamos nuestro camino y, después de un rato, llegamos a un templo llamado «Henan Temple«, donde aprovechamos para hacer una pequeña parada. Nos dimos un respiro, disfrutamos del ambiente tranquilo del templo y aprovechamos para usar el baño.



Ya con algo de cansancio acumulado, llegamos al «Hualien Visitor Center«, donde pensábamos preguntar sobre posibles lugares para acampar. Pero, como suele pasar en las aventuras, el centro estaba cerrado por reparaciones. Sin dudarlo, seguimos caminando 500 metros más, pero el lugar donde pensábamos comer también estaba cerrado. Decidimos seguir buscando hasta que llegamos a una zona con pocos restaurantes, donde terminamos comiendo en un café. Por un precio bastante alto (540 dolares taiwaneses, unos €15), nos sirvieron unas tostadas con huevo y atún, unas patatas fritas y un shake de mango. Aunque no fue la comida más espectacular, fue un respiro necesario y, además, aprovechamos para cargar nuestros teléfonos.


Ya estábamos agotados por el calor y el cansancio del día, pero la aventura no termina aquí. Después de un rato de descanso, decidimos continuar nuestra búsqueda de un lugar donde acampar. Nos dirigimos hacia un templo frente al puente que pensábamos cruzar al día siguiente para llegar a Hualien, pero, al llegar, nos dijeron que cerraban a las 17:00, así que no pudimos quedarnos allí.
Fue entonces cuando, a unos 5 minutos caminando, descubrimos un pequeño mirador a la orilla de la carretera. Era un lugar tranquilo, escondido, sin apenas tráfico, con un pequeño espacio verde que parecía perfecto para montar la tienda. Sin embargo, había que asegurarnos de que podíamos acampar allí. Mi novia fue a preguntar a unos trabajadores y a un policía, pero no entendían bien nuestras preguntas. El policia nos llego a decir que el venia del otro lado y que no sabia de ese lado ¡increible! Tras un momento de duda, decidimos cruzar el puente hacia el otro lado, donde, por suerte, encontramos un parque justo al lado. Aunque no sabíamos si el terreno era apto para acampar, decidimos arriesgar. ¡Y resultó ser el lugar perfecto!



El parque tenía césped, estaba vacío, y las vistas eran increíbles. Después de tanto caminar, por fin teníamos un lugar donde descansar. Dividimos tareas: mientras yo montaba la tienda, Mi novia fue a comprar algo de comida para la cena y para el desayuno del día siguiente. Terminamos comprando pan, queso y agua. La noche cayó rápidamente y nos preparamos para el último tramo de nuestra aventura al día siguiente: solo nos quedaban 8 km para llegar a la estación de Hualien.
Con la tienda montada y el día llegando a su fin, nos metimos en nuestros sacos de dormir a eso de las 20:30. Aunque cansados, sabíamos que al día siguiente nos esperaba la recta final. Y con eso, cerramos otro día lleno de momentos inesperados y paisajes que quedarán grabados en nuestra memoria.
Resumen del día:
- Inicio: Shueilian
- Fin: Hualien
- Km caminados: 27.3 KM
- Total Km caminados: 184.0 KM
- Gastos (por persona):
- Comida: 410 Dolares Taiwaneses (€11.50)
- Snacks + cafe: 140 Dolares Taiwaneses (€4.00)
Reflexiones del Día:
A veces, el sol y el calor pueden ser grandes adversarios, pero las pequeñas paradas en lugares frescos hacen toda la diferencia.
Cada templo que encontramos en el camino nos ofreció un respiro, no solo físico, sino también espiritual, para seguir adelante.
La incertidumbre de no saber si encontraríamos el lugar perfecto para acampar se convirtió en un pequeño desafío que superamos con éxito, y eso hace que cada día sea aún más gratificante.
Día 8: El Último Empujón hasta la Estación de Hualien
El último día de nuestra caminata había llegado, y nos despertamos a las 5:30 de la mañana, con la emoción de saber que solo nos quedaban 8 km para llegar a la estación de Hualien, la meta final de este tramo de nuestra aventura. Habíamos calculado que nos tomaría unas 2 horas, tal vez 2 horas y media, llegar allí, así que desarmamos la tienda con calma y decidimos desayunar en el parque donde habíamos pasado la noche. Nos regalamos una tarta esponjosa y un café para arrancar bien el día. A las 6:30 ya estábamos listos para comenzar a caminar.

El primer objetivo fue encontrar un baño. Aunque el parque estaba tranquilo, no había instalaciones, así que buscamos uno en una gasolinera cercana. Después de esa pequeña parada, ya con los primeros rayos de sol dándonos la bienvenida, nos adentramos en lo que quedaba del camino. Al principio, la ciudad nos recibió con su cara más industrial, pero poco a poco empezamos a ver más vida y negocios.
A medida que avanzábamos, la costa ya no era tan visible, pero nos topamos con un templo en el lado izquierdo y, un poco más adelante, un pequeño parque a la derecha. En ese momento, nos dimos cuenta de que estábamos a solo una hora, hora y cuarto del centro de la ciudad, ¡la meta estaba más cerca que nunca!


De repente, mientras cruzábamos una calle, vimos un cartel gigante de colores con la palabra «Hualien» y nos dió una sensación de alivio y emoción al mismo tiempo. ¡Ya estábamos en la ciudad! Nos sacamos un par de fotos y videos para celebrar el momento, sabiendo que el final estaba a la vuelta de la esquina.

Seguimos caminando por una calle peatonal típica, donde pudimos ver algunas muestras de la cultura aborigen de la zona. Al otro lado, un mercado con frutas, verduras, carne y pescado nos ofreció una explosión de colores y olores que nos invitó a seguir explorando. Compramos unas naranjas, que ya nos hacían falta, y seguimos nuestro camino.


Después de recorrer las calles llenas de linternas y decoraciones, continuamos por la vía principal durante unos 40 minutos más, disfrutando del ambiente urbano que contrastaba con los paisajes naturales que habíamos recorrido. Finalmente, llegamos a la estación de trenes de Hualien a las 9:15, justo a tiempo para nuestro tren de las 10:00 a Taipei.


Cuando pisamos la estación, no podíamos creerlo: ¡habíamos caminado 200 km desde Dulan! Fue una mezcla de alivio y satisfacción, al fin habíamos cumplido nuestro objetivo. Con una sonrisa en el rostro y el cuerpo cansado pero feliz, sabíamos que ya era hora de descansar. El desafío estaba completado, y ahora tocaba disfrutar de la recompensa: dejar de caminar por un rato.


Resumen del día:
- Inicio: Hualien
- Fin: Hualien Station
- Km caminados: 16.4 KM
- Total Km caminados: 200.4 KM
- Gastos (por persona):
- Snacks + agua: 40 Dolares Taiwaneses (€1.00)
Reflexiones del Día:
Aunque el camino fue largo y a veces cansador, llegar a la meta fue mucho más que solo un destino físico, fue un logro personal que nos recordó que todo esfuerzo tiene su recompensa.
La ciudad de Hualien, con su mezcla de modernidad y tradición, nos recibió con los brazos abiertos, pero lo mejor fue ese momento de quietud en la estación, sabiendo que el viaje había valido la pena.
Resumen del camino:
- Inicio: Dulan
- Fin: Hualien Station
- Total Km caminados: 200.4 KM
- Gastos (por persona):
- Transporte público: 500 Dolares Taiwaneses (€14.50)
- Comida + snacks + cafe: 2.550 Dolares Taiwaneses (€71.00)
- Total: 3.050 Dolares Taiwaneses (€85.50)
- Total p/dia: 380 Dolares Taiwaneses (€10.60)
- Gastos adicionales (por persona):
- Tienda de campaña: 2.100 Dolares Taiwaneses (€58.00) – ATUNAS A1TEDD01
- Saco de dormir: 990 Dolares Taiwaneses (€28.00) – Outdoor Base OB22710
- Esterillas: 400 Dolares Taiwaneses (€11.00) – ARPENAZ M200 – Version europea
- Ropa: 1.200 Dolares Taiwaneses (€33.00) – LOTTO LT1AWO3816
- Varios: 300 Dolares Taiwaneses (€8.00)
- Total: 4.990 Dolares Taiwaneses (€138.00)
- Total p/dia: 624 Dolares Taiwaneses (€17.50)
- Total gastos (por persona): 8.040 Dolares Taiwaneses (€224.00)
- Total gastos (por persona p/dia): 1.005 Dolares Taiwaneses (€28.00)
Vaya experiencia!